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Cómo se fija el precio de la electricidad en España (para dummies)

Conoce cómo funciona el mercado eléctrico español, qué agentes intervienen en él, cómo se fija el precio de la energía cada hora y cuáles son las unidades de medida de la energía más utilizadas.

ÍNDICE

¿Sabes cómo se determina el precio de la electricidad que pagas cada mes? ¿Te has preguntado alguna vez qué factores influyen en la oferta y la demanda de energía en España? ¿Conoces las diferencias entre las unidades de medida de la energía y cómo se relacionan entre sí? Si quieres aprender más sobre el mercado eléctrico español y las unidades de medida de la energía, este texto te puede interesar. Al finalizar la lectura, tendrás una visión más clara y completa del complejo mundo de la electricidad en España.

Así se establece el precio de la energía en España

Existen diversas fuentes de energía para producir electricidad (generando un mayor o menor precio de dicha electricidad según sea esta combinación). Algunas de las más relevantes son: los combustibles fósiles, la energía nuclear, la energía hidráulica, la energía eólica, la energía solar, la biomasa y la geotérmica.

De esta forma, dependiendo de las fuentes de energía empleadas en la producción de electricidad (por ejemplo: nuclear y solar), se establece un precio de la energía que pagará el consumidor final, basado efectivamente en el coste de cada una de ellas.

Pero, para comprender perfectamente cómo se establece el precio de la energía en España, el primer paso será conocer a los agentes que lo componen (ver Figura 1 abajo).

Figura 1. Esquema del mercado eléctrico español / Fuente: elaboración propia

A. Proceso de transporte físico de electricidad (tangible)

Todo empieza con los agentes “generadores”, que son aquellos que producen la electricidad a través de las diferentes fuentes de energía (por ejemplo: Iberdrola Nuclear en Cofrentes, Iberdrola Eólica, Iberdrola Hidrógeno en Puertollano).

Después se encuentra el “operador del sistema” que gestiona toda la red de transporte de electricidad (por ejemplo: Red Eléctrica de España) hasta los “distribuidores” (por ejemplo: Iberdrola Distribución, Endesa Distribución, Naturgy Distribución), que llevan la electricidad finalmente hasta el “consumidor final” (por ejemplo: al propio lector que está leyendo este artículo ahora mismo).

B. Proceso de compraventa de electricidad (intangible)

En paralelo, se encuentran las “comercializadoras” (por ejemplo: Iberdrola Comercializador de Último Recurso, Naturgy Comercializadora, Holaluz), que son las empresas que hacen de intermediarias entre este complejo sistema y el consumidor final.

Esto lo hacen a través del “Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE)”, que gestiona el mercado eléctrico en España y Portugal coordinando la oferta y la demanda, y estableciendo los precios de la energía. Esto se conoce como el proceso de casación, al “casar” la demanda de las “comercializadoras” con la oferta de los “generadores”, haciendo que todos los agentes compren y vendan a dicho precio “casado” (que por tanto será igual para todos -algo que explicaremos con gráficos y con sumo detalle más adelante-).

Figura 2. Esquema del mercado eléctrico español (agentes) / Fuente: elaboración propia

Unidad de medida de la energía

Tras aclarar las relaciones a nivel “más general” que existen entre los distintos agentes del mercado eléctrico español, a continuación, te explicaré las unidades en las que suele medirse la electricidad. Para que no te suenen nunca más “a chino”, y para que conozcas las equivalencias que existen entre las mismas. Los “generadores” venden energía eléctrica en megavatios hora (MWh) como unidad de medida al “consumidor final” (recordemos, a través del “Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE)” y las “comercializadoras” tal y como se ha visto anteriormente).

Pero, para comprender esta unidad de medida, en primer lugar habrá que partir de su unidad base: el vatio (W), que se utiliza para medir la potencia eléctrica que necesita cualquier aparato eléctrico para funcionar. Así, por ejemplo, un frigorífico y un lavavajillas necesitan 350W y 2.200W respectivamente (Endesa, 2020).

Ahora bien, para calcular lo que hay que pagar por tener funcionando los aparatos eléctricos, se deberá considerar el tiempo de funcionamiento de estos. Para ello se tiene en cuenta la cantidad de energía (W) que se gasta en una hora (h). Con relación al ejemplo anterior, se proporciona la Figura 3, asumiendo que el frigorífico y el lavavajillas se usan durante 2 horas.

Figura 3. Ejemplificación de la diferencia entre W y Wh / Fuente: elaboración propia

El ejemplo anterior utiliza la unidad base que mide la potencia eléctrica: el vatio (W). Pero habrá situaciones donde se consuman muchos vatios (W) y para ello se utilizarán múltiplos de éste. Por ejemplo, para la factura mensual de la luz de un hogar, donde están en funcionamiento muchas horas dicha nevera, lavavajillas y muchos otros aparatos eléctricos, se utilizan los kilovatios hora (kWh).

Un kilovatio hora (kWh) equivale a mil vatios hora (Wh). Es decir, sería como multiplicar el vatio (W) por mil (kW). Como curiosidad, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, en España el consumo mensual medio por hogar es de 290kWh, lo cual demuestra el uso en la práctica de los kWh en vez del uso de 290.000 Wh (Galán, 2022).

En términos de compraventa de energía (entre los ofertantes y compradores de la misma), al ser una cantidad mucho mayor al consumo de un hogar, se utilizan los megavatios hora (MWh) mencionados anteriormente, dónde un megavatio hora (MWh) equivale a un millón de vatios hora (Wh). Por su parte, para calcular la energía consumida por todo un país, se llega a usar hasta el gigavatio hora (GWh), que equivaldría a mil millones de vatios hora (Wh). Para una mejor comprensión de todas estas cifras se proporciona a continuación la Tabla 1 (ver abajo):

1 KWh1.000 Wh
1 MWh1.000.000 Wh
1 GWh1.000.000.000 Wh
Tabla 1. Equivalencias en Wh / Fuente: elaboración propia

Fijación del precio de la energía

Volviendo a cómo se fija el precio de la energía, las empresas “comercializadoras” establecen el precio máximo al que están dispuestos a comprar, mientras que las empresas “generadoras” establecen el precio mínimo al que están dispuestos a vender.

El “Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE)” se encarga del proceso de casación entre la energía eléctrica ofertada y la demandada en lo que sería como una especie de intermediario entre el que quiere comprar una acción de “Tesla” a un determinado precio y el que quiere vender su acción de “Tesla” a un determinado precio. De esta forma, cuando hubiera alguien que quisiera comprar al precio al cual otro alguien quisiera vender la acción, se produciría el acuerdo.

Y este proceso se realiza cada hora. Así, para cada hora de cada día se “pondría” en una gráfica el precio (€/MWh) y el volumen de energía (GWh) que oferta y demanda el mercado español, así como los puntos donde esta oferta y demanda coinciden. La siguiente figura ilustra este proceso de “casación” para una única hora (las 19:00) y un día determinado (31 de marzo de 2023).

Figura 4. Ejemplo de casación horaria del Operador del Mercado, día 31/03/2023, hora 19:00 / Fuente: (OMIE, 2023)

Simplificando la figura anterior, se elaboran la Figura 5 y la Figura 6 para ilustrar de forma más clara si cabe dicho proceso de casación.

Figura 5. Simplificación de la casación del precio de la energía / Fuente: elaboración propia

Demanda

En la Figura 5 se aprecia cómo se ordenan los compradores/empresas “comercializadoras” (línea azul) en función de cuánto están dispuestos a pagar, ordenados de mayor a menor de izquierda a derecha del gráfico.

Esto se entiende considerando que aquellos compradores que necesiten la energía eléctrica para que sus consumidores “puedan funcionar/producir en ese preciso instante” estarán dispuestos a pagar el precio que sea por muy caro que fuere (parte izquierda del gráfico), mientras que los compradores que simplemente quieran almacenar esta energía para posibles imprevistos de sus consumidores solo estarán interesados en comprar energía a un precio muy barato (parte derecha del gráfico).

Oferta

De manera similar, la Figura 5 muestra a los vendedores/empresas “generadoras” (línea verde) en función de cuánto están dispuestos a cobrar, ordenados de menor a mayor de izquierda a derecha del gráfico. Así, las empresas “generadoras” de energía renovable, por ejemplo, venderán su energía a un precio bajo para asegurar venderla ya que no suelen contar con opciones de almacenamiento y desperdician la energía que no venden (parte izquierda del gráfico).

En el extremo contrario se encontrarían las empresas “generadoras” de energía no renovable debido a los costes más elevados de las fuentes de energía que utilizan (parte derecha del gráfico). Es decir, no sería lo mismo utilizar como fuente de energía al sol, que el gas o la energía nuclear.

“Casación”

Cuando se tiene toda la demanda agregada -desde el que más quiere pagar al que menos- (línea azul) y toda la oferta agregada -desde el que menos quiere cobrar al que más- (línea verde), se genera un gráfico como el que podemos observar en la Figura 4, Figura 5, y Figura 6. Con todo esto, donde cruza la oferta agregada (línea verde) y la demanda agregada (línea azul), se traza una línea horizontal hasta el eje ‘y’ o eje del precio (€/MWh) para fijar el precio de la energía de ese día a esa hora en concreto.

A esto se le conoce como proceso de casación, al “casar” la demanda de las “comercializadoras” (o precio dispuesto a pagar) con la oferta de los “generadores” (o precio dispuesto a cobrar), haciendo que todos los agentes compren y vendan a dicho precio de equilibrio o precio “casado” (que por tanto será igual para todos).

Para cada hora

Además, cabe mencionar que este proceso se realiza para cada hora del día durante el día inmediatamente previo (es decir, el precio del martes a las 19:00 se establece el día anterior lunes, a las 19:00), y por supuesto, dentro de cada día, a través de un mercado intradiario, se podrían incluso modificar los valores ligeramente para ajustarse a la situación real de la red en ese momento (TotalEnergies, 2019).

Figura 6. Casación de la oferta y la demanda a la izquierda del punto de corte / Fuente: elaboración propia

Días de gran demanda: mayor precio para todos

Asimismo, ahora que se ha podido comprender (por fin) cómo funciona el mercado eléctrico español, se puede llegar a entender mejor que aquellos días donde exista una gran demanda de electricidad (por ejemplo, en verano), donde hay poca oferta de energía renovable (y barata) en relación a la enorme cantidad de energía consumida en esta época del año, el precio “casado” será muy superior: porque la línea azul se desplazaría hacia la derecha, y por tanto cortaría a la línea verde en un punto mucho más elevado. Economía pura.

Es decir, debido a esa mayor demanda y a esa oferta que incluso sería más alta desde un primer momento (por haber menos renovable barata), se estaría pagando un precio “casado” superior. Y este precio, como hemos visto, será igual para todos. Es decir, dando igual si la energía proviene (en un porcentaje bajo o elevado) de las renovables, nuclear, gas, etc. Es lo que se conoce como el coste marginal de la última unidad de electricidad, el cual marcará el precio para todo el “pool” de energía o mercado (el pagado por todos los consumidores, y el recibido por todos los productores).

Tarifa regulada y tarifa de mercado no regulado

Además, y para finalizar, cabe destacar que este precio “casado” que se acaba de determinar, vendría dado siempre que el consumidor estuviera dentro de la tarifa regulada. Es decir, dentro de la tarifa que sigue este tipo de “acuerdo ” o “equilibro” de mercado que acabamos de explicar (guiado por el OMIE).

Sin embargo, existe también un mercado no regulado, donde se establecería un precio fijo o preestablecido para la electricidad a lo largo de un determinado lapso de tiempo, por ejemplo, un año (y aquí cada “comercializadora” establecería sus condiciones: por ejemplo con un precio fijo para todo el día, un precio fijo por horas, etc.). De esta forma, hay consumidores que se sentirían más tranquilos, puesto que siempre pagarían el mismo precio sin importar las subidas o bajadas del mercado (como de una hipoteca a tipo de interés fijo se tratase).

Cabe destacar también que, obviamente, al tratarse de una tarifa fija, habrá momentos donde estos consumidores “ganarán”, pues pagarán un precio menor que el temporalmente impuesto por el mercado (OMIE); pero también habrá momentos donde estos consumidores “perderán”, pues pagarán un precio mayor que el temporalmente impuesto por el mercado (OMIE) (de nuevo, como si de una hipoteca a tipo de interés fijo se tratase). La elección de una u otra opción dependerá de las preferencias de cada uno. En cualquier caso, como bien decía el griego Sófocles, “quien no haya sufrido lo que yo, que no me dé consejos”.

Autores del artículo: Jorge Villagrasa Guarch y Víctor Estela Segura.

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